
Eventos con sabor: la cocina de Puebla como ingrediente diferencial
Con platillos como el mole poblano y el chile en nogada, la gastronomía local refuerza la identidad de los eventos y eleva el perfil del destino ofreciendo una experiencia cultural y sensorial única.
Continua en la historia

▖▚▮▘▖▚▮▘En Puebla, la comida no se sirve solo en platos. Se presenta como historia viva, se narra en cada aroma y se celebra en cada reunión. Aquí, la gastronomía no es un simple acompañamiento de los eventos; es parte del alma del encuentro.
Quienes han organizado un congreso o convención en esta ciudad saben que la experiencia va más allá de la logística. En Puebla, la cocina hace que cada momento se grabe en la memoria. Desde 2010, su tradición culinaria es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y no es para menos: sus sabores cuentan historias de siglos, de encuentros culturales, de identidad hecha sazón.
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La industria de reuniones en México no es menor. De acuerdo con la Secretaría de Turismo, representa el 1.6% del PIB nacional y genera más de 900,000 empleos directos e indirectos. En ese contexto, destacar no es tarea fácil. Pero Puebla ha encontrado un ingrediente que la hace única: su cocina.

▘▗❚ Una tradición
cocinada a fuego lento
La gastronomía poblana es un mosaico. Cada platillo reúne técnicas indígenas y europeas, una fusión que empezó hace más de 400 años y que sigue viva en cada mesa. El maíz, los chiles, el frijol y las semillas se encontraron con especias, lácteos y carnes que llegaron del otro lado del mar. El resultado es una cocina barroca, de esas que se construyen en capas, que invitan a detenerse, probar, cerrar los ojos y seguir.
▘▗❚ Un platillo que emociona
Ahí está el mole poblano, con su mezcla profunda de chiles secos, chocolate, frutos secos y especias. Oscuro, intenso, aromático. Tradicionalmente servido con pollo o pavo, el mole no solo alimenta: emociona. Y cuando se incluye en un evento, ya sea en una cena de gala o como parte de un taller culinario para grupos de incentivo, se transforma en un espectáculo que conquista por el paladar y por la historia que lo acompaña.

▘▗❚ Chile en nogada:
una bandera servida en plato
Si hay un platillo que representa a Puebla y a México ante el mundo, ese es el chile en nogada. Y no solo por su estética –una combinación perfecta de verde, blanco y rojo–, sino por lo que simboliza. Cuenta la leyenda que fue creado por monjas agustinas en 1821, en honor a Agustín de Iturbide. Lo cierto es que su preparación es una joya.
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Un chile poblano relleno de picadillo de carne y frutas de temporada –plátano macho, manzana, pera, durazno– bañado con una salsa de nuez de Castilla, decorado con granada y perejil. El equilibrio entre dulce y salado lo vuelve perfecto para sorprender a asistentes nacionales e internacionales. Su temporada, de julio a septiembre, es la excusa perfecta para organizar un evento que combine tradición, identidad y sabor.

▘▗❚ Sabor como
experiencia sensorial
Puebla ha sabido convertir su cocina en un valor agregado dentro del turismo MICE. Empresas locales como Jalil Dib, María Bravo, Mónica González y Abbondanza han elevado el nivel de los servicios de catering y banquetes. No se trata solo de ofrecer un menú; se trata de presentar la esencia de un pueblo a través de sus recetas.
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Además, la ciudad cuenta con chefs reconocidos, cocineras tradicionales y espacios donde se organizan experiencias gastronómicas para grupos de incentivos: desde clases de cocina hasta catas y demostraciones interactivas. Estas actividades se integran fácilmente a cualquier programa y logran lo que todo organizador busca: conexión genuina entre los asistentes.

▘▗❚ Una carta fuerte
para organizadores de eventos
Incluir la gastronomía poblana en los eventos no es solo una estrategia estética o cultural. Es una forma de proyectar identidad, de construir experiencias completas. Desde el desayuno de apertura hasta la cena de clausura, cada platillo puede ser parte del relato del evento.
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Puebla no compite por ser igual. Compite siendo auténtica. Y en un mundo donde la autenticidad es cada vez más valorada, esa autenticidad se saborea. Literalmente.
En esta ciudad, cada evento tiene sabor a historia, a tradición y a hospitalidad. Y eso, en el mundo de las reuniones, hace toda la diferencia.